jueves, 21 de abril de 2011

En la oscuridad.

Fue la oscuridad de la noche… testigo,
Y El silencio de nuestros cuerpos augurio,
Del calor que evaporó nuestro sudor,
Fue el cruce de nuestras miradas,
Reconocidas por el brillo de los ojos,
La carta de navegación hacia el Edén,
y una caricia de tu cuerpo contra el mío,
Tesoro más preciado jamás descubierto.

El aire fue delgado como el grosor de una hoja,
Y nuestro aliento hecho una historia de aventuras
Que enmarcó la odisea de fundirnos en calma,
Arrebaté la vida de mi piel como traje andrajoso,
Y como vestido elegante porte sobre mi piel tu mirada.

La pasión se hizo hija de nuestro espíritu,
Y desnudos de pensamiento fuimos uno,
Usando el amor como refugio de nuestro deseo,
Fuiste mía, y yo con orgullo también fui tuyo,
Entonces nuestros espíritus volvieron a ser uno,
Y levantó el vuelo usando nuestra piel como cielo.  
Y nunca más me separé de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario