Son escritas con el alma de puntos sonrientes,
Pequeñas huellas sobre el tiempo que me consienten.
Por el encanto de esos puntos es eclipsada la vida,
Y por las noches se convierten en mis estrellas,
Son pequeños cuan filo de espina de rosas,
Y el brillo de mis ojos es embriagado por su extensión,
Uno a uno los cuentos al amanecer,
Embriagan mi memoria y sueños, imaginación y encanto.
Borde de pétalo, suspiro de nube tormentosa,
Luz viva de relámpago inerte, son tus pecas gloriosas,
Más maravillosas que tu grandeza,
Inmortal en mis palabras y contemplada sin fin.
Son tus pecas puntos sonrientes
Que conforman mis palabras y abstraen mí existencia,
Elevándome a la alegría sublime al contemplarlas.
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