He despertado con el ánimo de decir unas cuantas verdades que el corazón no puede callar y la vida me obliga a gritar. Gracias a todos los lectores.
miércoles, 11 de enero de 2012
Luego de tu partida, y la mía…
Tener que suponer qué haces,
Pensar en lo que puedes estar sintiendo,
Sucumbir ante el desespero venidero de la incertidumbre,
Darme cuenta que no estás,
Perderme en la desventura de caminar sin ti,
Despertar sin saber que soñaste,
Acostarme sin saber de ti en el día,
Y sucumbir ante la nostalgia de extrañarte.
La lágrima sucumbe ante el corazón,
La añoranza de algo que no será, cae ante el presente,
Sigo vivo, pues eso se dice por allí y allá,
Sigo sonriendo, pero las alegrías están atrás,
Caí, por la pendiente de mis lamentos,
Esos que destrozan los escalones del presente,
Caí, luego de tu partida, y la mía,
Caí, junto con mis lágrimas,
De rodillas ante las tuyas,
De rodillas ante tu recuerdo,
Y el mío junto a ti.
Me pierdo hoy, extrañado de mi mismo,
Me olvido hoy, de metas que soñé,
Camino, usando como bastón sonrisas mendigadas;
Imploro, a la lastimera mañana sin ti,
Que por lo menos el atardecer,
Me arrebate memorias,
Exorcice temores a la oscuridad… antes Amanda,
Violente, angustias del presente,
Cierre, mis ojos llorosos para siempre,
Abrigue, mi cuerpo por las noches…
Cuerpo ahora despojado de vida,
Y finalmente arranque de mí,
Aquello que de hecho ya no tengo:
Corazón.
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