miércoles, 1 de febrero de 2012

Y un beso fue soñado.


Soñé, que entregabas tus labios a los míos,
El deseo guiaba tu lengua, buscando la mía;
Tus ojos atestiguaban a  mi favor,
Admitiendo tu deseo, con el brillo que obsequiaban.

Lucias hermosa, de otra forma no podría ser,
La naturaleza no oculta lo que el cielo crea…
Y tu compañía no esconde mi admiración,
Tal como tus ojos pretenden ocultar la pulsión,  
Qué tu cuerpo gritaba en aquel sueño hermoso y suplicado.

Tus labios húmedos, calmaron mi sed,
Los míos apasionados tu deseo acumulado,
Entre ambos, con los labios hicimos un matrimonio,
En que ninguno quería separarse del otro,
Soñé,  que besabas mis labios con sed.

Mordías pícaramente sin hacerme daño
Mi labio inferior,  que rogaba porque no pararas…
Mis manos tomaban tu nuca,
Asegurándose que no te marcharas,
Las tuyas hicieron lo mismo, clamando que siguiera,
Juntos hacíamos de aquel sueño una oración,
Que pedía hacerlo realidad al despertar.

En mis sueños estuviste,
Solo eso quería contarte,
Confesarte que tus besos son soñados,
Seguramente no por error,
Sino por petición,
De alguno de los dos,
O muy seguramente,
De los dos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario