viernes, 9 de marzo de 2012

La amargura de la rutina sin ti.


El sin sabor amargo de la rutina,
Te plasma en mis recuerdos;
La memoria te imprime,
Sobre las manchas de la luna,
Añeja como whisky que embelesa.

Tu sombra se difumina,
En mis ojos cristalizados por el frio,
Y las lágrimas funden el alma,
Quemando el espíritu,
Sus cenizas amargas besan mis labios,
Y estás allí…
En el sepulcro de mis memorias,
Embriagadas por tu ausencia.

Lamento que no estés,
La distancia entre los dos tropezó,
La copa de vino que hubiere querido,
Tomásemos juntos,
Sus gotas mancharon,
 Los kilómetros que nos separan.
Al mapa le arrebatamos la virginidad.

Entre añoranzas y recuerdos…
Difuminarían los años la memoria,
 Las emociones; y antes de creerlo posible,
Te despreciaría, a causa de tu ausencia,
Que quema como necesidad insatisfecha,
Y al tiempo te amaría,
Como al sin sabor amargo de la rutina,
Aquella nacida a causa de tu ausencia.

Pero os desprecio, no os confundas,
Como a la espina de la rosa,
Que corta mis labios,
Y mescla la uva con el hierro,
Que rasga el dulce del vino,
Y desgarra mis días,
Haciendo de mi vida una rutina,
Desdichada por añorarte.
Desdichada por amarte.

Señor, ¡prívame del amor!,
De la desdicha por no tenerla,
Y arrebata de mi alma la algarabía,
Que saborea whisky y vino,
Para desdibujarla de mi memoria,
Y que las lagrimas que derramo
Por su ausencia,
Sirvan para lavar el corazón,
Y sacar sus pasos de mi memoria.
¡Ayúdame señor!   

miércoles, 7 de marzo de 2012

Volví y volveré, como siempre…

Te beso para decir que te amo,
Y vuelvo a besar para volverte a amar,
Como antes de nacer,
Como luego de morir,
De igual manera te he amado y amaré.

Porque antes de existir ya te amaba,
Y luego de morir te seguiré amando,
Te besaré antes de nacer,
Y te he besado aun después de muerto.

Tus senos y vientre han sentido mis besos,
Antes de dártelos, incluso muerto;
Y he dicho tu nombre al dormir,
Buscándote entre mis sueños,
He tocado tu cuerpo con mis sentimientos,
Acariciado la vida antes de nacer,
Tocando tú nombre con mi alma,
Saboreándolo entre mis labios como vino.
Haciéndote el amor después de morir.

Cuando vuelvas a la vida,
Con otros labios y otro cuerpo,
Con otros ojos, y otras amistades,
Con otros ideales y quizás otro amor,
Sabrás que me has encontrado nuevamente,
Cuando al ver unos ojos,
Entres en ellos, te ahogues con su calma,
Y la tempestuosa tormenta de su pasión,
Refleje tu rostro entre las olas de vida.
Entonces, te tomaré entre mis brazos,
Al igual que en esta vida y las anteriores;
Te amaré, como lo he hecho desde antes,
Te besaré, para volver a amarte,
Como lo hice antes de nacer;
Seguramente lo haré después de morir,
Para volverte a amar una vez más,
Eternamente, como antes de la eternidad.

Y serás una vez más,
Mía, y seré tuyo.
Al igual que siempre lo he sido. 

jueves, 9 de febrero de 2012

De tu ausencia


Ahora que no estás,
Las lágrimas se han secado,
Mis latidos han mermado,
Y la pasión está marchita.

Pero te busco en el espacio,
Que en mi cama solías ocupar,
Abraso el aire y lloro porque no estás,
Mis abrazos lamentan tu ausencia,
Como las nubes tempestuosas,
Ante un ángel que ha muerto;
Te extraño, eso dice mi espíritu,
Mi alma lo asegura y mi razón no lo acepta.

Cae la lluvia y yo con ella,
Llorando, aquello que se desvanece
Entre las gotas que se mesclan,
Con mis lágrimas y penas;
Tu recuerdo está intacto,
Para cuidarlo, te pienso a diario,
Te nombro en el vacío,
Aunque digan que he enloquecido,
Y mi mente quizás lo asegure,
Ahora demente frente a tu ausencia.

Suenan las campanas de las iglesias,
Con ellas descubro que el día inicia,
Pero no estás,
Vuelvo a intentar dormir,
Tratando encontrarte en mis sueños,
¡Pero ya no estás!,
Abraso el aire en mi cama,
Y lloro tu ausencia en mi vida,
Aunque hace mucho,
Te la hubieres llevado.

La madrugada es fría,
Mucho más sin ti,
Me abriga tu ausencia,
Y el lamento que se torna oración,
Implorando una vez más poder,
Volar cometas de colores,
Bautizadas con nuestros nombres,
Imploro poder una vez más,
Decir que te amo,
Rosando tus pecas con mis besos,
Y descansando a tu lado.

Pero gracias, la vida me enseña,
Que vivir significa amar y llorar,
Añorar y lamentar, extrañar.
Por hacerme vivir, gracias,
Aunque eso signifique dolor.


martes, 7 de febrero de 2012

Caen pétalos en tu honor.


De la manera más absurda,
 Aquella que no soñaste,
Dejaré caer pétalos sobre ti;
Con el filo de los mismos,
Cortaré tu respiración,
Y con mis labios te curaré,
Mientras mis manos atrapan,
Tus suspiros en el aire.

Con cinco pétalos
Cubriré tu cuerpo desnudo,
En tu monte de Venus uno amarillo,
Que simbolice el sol que ocultas más abajo,
Ardiente, hirviente, peligroso,
Deseoso por sentir mis labios,
Ansioso por consumirme con su calor;

En tu ombligo uno blanco dejaré caer,
Señal de la criatura que llevarás,
Con amor lo desearé, con cariño lo querré,
Mi vida por el daré, bendito seré,
Pues el hijo de tu vientre,
Mi hijo será.

Un pétalo rojo en cada pezón,
Augurios del fervor con que los amo,
Símbolo del deseo con que los beso,
Señal del ruego suspirado y apasionado
Que me declamas, pidiendo que los hagan míos,
Dos pétalos rojos, cubrirán dos obras de arte,
Mil emociones, un solo amante,

Dos pétalos rojos usaré para acariciarte,
Y en el nombre de ellos, pedirás un quinto pétalo,
Que silencie el estruendo de tus gemidos,
Luego de encender el primer pétalo,
Con el fuego de mis embestidas.

Será entonces cuando aparezca el rosado,
Un quinto pétalo, que tratará de besarte,
Simbolizará mis labios sobre los tuyos,
Diciendo en un beso cuánto te amé,
Al poner cada uno de los pétalos,
Y cuanto amaré, el quitarlos con mi piel.

De la manera más absurda,
Aquella que no soñaste,
Cubriré tu desnudes,
Con pétalos perfumados con mi vida,
Y en cada uno de ellos,
Te la entregaré.

lunes, 6 de febrero de 2012

Visita eterna.

Aun recuerdo aquel día,
En que desconocía quién eras,
Caminabas hacia mi vida,
Parecía que supieras que entrarías…
Y nunca más saldrías.         

Te aproximaste, me tocaste,
Con tu sonrisa acariciaste lo intocable,
Entonces ame lo innombrable,
Y abriste la puerta de mi alma,
Entraste al brillo de mis ojos, y me amaste;
Finalmente, decidiste nunca salir de allí,
Y fundirte conmigo, y yo contigo.

Aun recuerdo, cómo me viste,
Con aquellos ojos negros,
Hoy cubiertos por anteojos,
Pero igual de brillantes por el amor;
Llegaste a mi vida,
Tocaste la puerta con clamor,
Y entraste derrumbando muros
Con latidos de pasión y deseo.

Llegaste, aun lo recuerdo,
Y nunca más partiste,
Regaste pétalos sobre mis lamentos,
Entraste, para nunca más partir,
Y dormir en mi interior,
Usando mi alma como cama,
Espíritu como cobija,
Amor como refugio.

Entraste en mi vida,
Y de ella, nunca saliste,
Así me pediste que sucediera,
Y yo suplique al cielo porque
Así pasara.   

miércoles, 1 de febrero de 2012

Y un beso fue soñado.


Soñé, que entregabas tus labios a los míos,
El deseo guiaba tu lengua, buscando la mía;
Tus ojos atestiguaban a  mi favor,
Admitiendo tu deseo, con el brillo que obsequiaban.

Lucias hermosa, de otra forma no podría ser,
La naturaleza no oculta lo que el cielo crea…
Y tu compañía no esconde mi admiración,
Tal como tus ojos pretenden ocultar la pulsión,  
Qué tu cuerpo gritaba en aquel sueño hermoso y suplicado.

Tus labios húmedos, calmaron mi sed,
Los míos apasionados tu deseo acumulado,
Entre ambos, con los labios hicimos un matrimonio,
En que ninguno quería separarse del otro,
Soñé,  que besabas mis labios con sed.

Mordías pícaramente sin hacerme daño
Mi labio inferior,  que rogaba porque no pararas…
Mis manos tomaban tu nuca,
Asegurándose que no te marcharas,
Las tuyas hicieron lo mismo, clamando que siguiera,
Juntos hacíamos de aquel sueño una oración,
Que pedía hacerlo realidad al despertar.

En mis sueños estuviste,
Solo eso quería contarte,
Confesarte que tus besos son soñados,
Seguramente no por error,
Sino por petición,
De alguno de los dos,
O muy seguramente,
De los dos. 

jueves, 26 de enero de 2012

Nunca partí.


Y quizás podrías verme,
Entrando en tu habitación,
Mirándote mientras me extrañas,
Añorando en muerte tocarte en vida,
Quizás podrás verme,
Si al llorar sobre tu cama vacía,
Te das cuenta que nunca me marche,
La eternidad parecía ínfima sin ti,
Y el edén jardín de niños sin tu olor.

Ahora, cuando no estoy,
Para que beses mis labios,
Beso los tuyos, y sientes cosquillas,
Culpas al viento, que te rosa y da frio,
Ahora, lloran las rosas del jardín,
Pues lamentan mi ausencia,
Más date cuenta que sigue floreciendo,
En complicidad conmigo,
Para llegar a ti como regalo divino.

No llores,
Tus lágrimas son sagradas,
Los ángeles están consagrados a ti,
Los santos sufren con tus heridas.

Aquí estoy,
Cuando pienses en mí,
Te beso, con el roce del viento,
Acaricio con la paciencia del tiempo,
Añoro con la pasión del océano,
Recuerda, del mar soy imitador,
A ti volveré siempre,
Aunque parezca que me alejo,
Sin importar que la muerte nos separe,
A ti volveré siempre,
No llores más,
Aquí estoy contigo.


  

jueves, 19 de enero de 2012

Caminante de pasos marchitos.


Dijeron las voces del tiempo:
Un hombre ha cogido su saco,
Bajo el brazo llevaba recuerdos,
En sus bolcillos un par de besos,
En el alma… la imagen de un desnudo.

Callaron los vientos de primavera,
Haciendo un minuto de silencio,
Por los pasos, que nunca volverán;
Callaron, sorprendidos por lo incierto,
De aquel caminante, de pasos marchitos.

Era un hombre memorable y amante,
De bellezas inocentes, de almas inflamables,
Era un caminante, un soñador empedernido,
Cubierto de misterios, imposibles de prever.

Llevaba… dice el tiempo,
En sus bolsillos un par de besos,
Y bajo el brazo recuerdos, quizás inolvidables;
Caminaba y hacia callar los vientos de primavera,
Su saco era de paño negro, igual que sus ojos,
Testigos de un desnudo,
Que ahora llevaba en el alma.
Frente al destino era un hombre incierto,
Memorable, frente a tu puerta.

Comenta el viento al tiempo:
-Dicen que era un hombre amante-
Y el viento, entonces, desolado:
Hizo un minuto de silencio;
Aquel caminante dejaría marchitar,
Esos pasos una vez amados por la primavera.

Aquel caminante levanta la mirada,
Admira las estrellas, brillan sus ojos,
Y aun con un paso atrás, el estupor lo inunda,
Su pecho se calienta, son los bolsillos de su saco,
Son los besos que una vez guardo en ellos,
La memoria de un desnudo que ahora lo éxita,
Y la ansiedad de estar frente a tu puerta.

Y pregunta el caminante:
-¿Abrirás la puerta?-
-He acecinado mis pasos-
-Y los he enterrado en tumbas en el cielo-
-Los levante sobre los vientos de primavera-

Ahora el caminante memorable,
Busca ser recordado por tu memoria,
Los besos guardados revivir quieren,
Y el desnudo protegido, quiere retornar.

Ahora el caminante,
Soñador empedernido,
Sueña con hacer parte de tus sueños,
Y cuentes esta historia a tus hijos,
De cuando su padre se puso frente a tu puerta,
Ahora el caminante, sueña unirse,
Con esa persona que lo enseño a caminar.

Porque igual que el hombre es polvo,
Y vuelve a la tierra,
El caminante es vida, y vuelve a ti.

sábado, 14 de enero de 2012

Una vez quizás soñé…

Te miro, detallo, y vuelvo a ver…
Me miro en ti, en tu tus ojos,
Comprendo entonces que soy parte de ti,
Y trato de asimilar que eres parte de mí,

Te hablo y escucho, redundas mi voz,
Al hablar, eres eco de mi pensamiento,
Ese que se fundamenta en tus sueños,
Esos que nunca me has contado,
Aquellos que formaste con mi compañía,
Esa que fue inspirada por reconocerte en mí.
Entonces comprendo,
Que nos desconocemos a nosotros mismos,
Pero conocemos al otro al vernos en sus ojos.

Caminas desnuda alejándote de mí,
En dirección hacia mi memoria,
Vestida con mi excitación,
Cubriéndome por tu atrevimiento,
Me veo en tus ojos, reflejando mis sueños,
Acercas tus labios a los míos,
Los acaricio con los míos y despierto,
Entonces descubro que solo estaba dormido.

Se humedecen mis ojos
Y las lágrimas acarician mis mejillas,
Solo puedo volverme a ver en tus ojos,
Buscándote en mi memoria.

jueves, 12 de enero de 2012

Pasa y pasará.

Y no estás… no te veré tampoco,

Despertar desnuda sobre mi cuerpo,
Caminar, mientras dices que me amas,
Verme con esos grandes ojos al desayunar.

No te veré, no besaré,
Tus labios gruesos antes de dormir,
Tus labios gruesos al bañarnos juntos,
Tus pecas castañas al despertar.

Y no estarás allí cuando me valla,
Despidiéndome con un beso,
Con una mirada enamorada de la mía,
Con un abraso rogándome que no parta,
Con la puerta de tu casa despidiendo mi olor;
Y no estaré allí cuando despiertes,
Cuando tengas pesadillas para abrasarte,
Al tocar el cielo para bajarme una estrella.

No estaremos allí,
Cuando el uno cocine para el otro,
Esperando con ansia la aprobación del otro;
No estaremos, no nos veremos,
Para decirle al otro con una caricia
En el rostro, acompasada por la noche,
Que nos amamos, nos deseamos, admiramos;
Y no estaremos, para callar los temores del otro,
Ya nada será, nada será contado.

Pero, antes de cegarme y callar el corazón,
Primero me refugiaré en mi memoria,
Para que todo vuelva a ser,
Para volver a besar tus labios al despertar,
Para poderte ver despidiéndome,
Seré en los sueños,
Otra vez despedido,
Con la esperanza de volver;
Besado con amor al bañarme;
Tocado al despertar, por tus pecas hermosas;
Otra vez admirador de tu cuerpo desnudo;
Amante de tus labios antes de dormir.

Antes de callar el corazón para siempre,
Seré en ti una vez más,
Por lo menos, a través de mis recuerdos,
Aunque tu quizás,
Ya tengas esos recuerdos guardados…
En un cajón sin cerrojo,
Olvidado en algún rincón de tu vida.

miércoles, 11 de enero de 2012

Luego de tu partida, y la mía…



Tener que suponer qué haces,
Pensar en lo que puedes estar sintiendo,
Sucumbir ante el desespero venidero de la incertidumbre,
Darme cuenta que no estás,
Perderme en la desventura de caminar sin ti,
Despertar sin saber que soñaste,
Acostarme sin saber de ti en el día,
Y sucumbir ante la nostalgia de extrañarte.

La lágrima sucumbe ante el corazón,
La añoranza de algo que no será, cae ante el presente,
Sigo vivo, pues eso se dice por allí y allá,
Sigo sonriendo, pero las alegrías están atrás,
Caí, por la pendiente de mis lamentos,
Esos que destrozan los escalones del presente,
Caí, luego de tu partida, y la mía,
Caí, junto con mis lágrimas,
De rodillas ante las tuyas,
De rodillas ante tu recuerdo,
Y el mío junto a ti.

Me pierdo hoy, extrañado de mi mismo,
Me olvido hoy, de metas que soñé,
Camino, usando como bastón sonrisas mendigadas;
Imploro, a la lastimera mañana sin ti,
Que por lo menos el atardecer,
Me arrebate memorias,
Exorcice temores a la oscuridad… antes Amanda,
Violente, angustias del presente,
Cierre, mis ojos llorosos para siempre,
Abrigue, mi cuerpo por las noches…
Cuerpo ahora despojado de vida,
Y finalmente arranque de mí,
Aquello que de hecho ya no tengo:
Corazón.

No pretendo, solo...



No pretendo decirte que te amo.
Solo deseo que te des cuenta de ello.

No pretendo ser el motivo de tu felicidad,
Solo deseo hacerte la mujer más feliz del mundo.

No pretendo robarte el corazón, - No soy un ratero-.
Solo deseo demostrarte que estará bien cuidado conmigo.

No pretendo ser tu guarda espaldas,
Solo deseo ser tu espada y escudo.

No pretendo enamorarte,
Solo deseo cautivarte.

No pretendo perderme en tus ojos,
Solo deseo deslumbrarme con su brillo.

No pretendo Conquistarte,
Solo deseo tener una embajada en tu vida.

No pretendo prometerte el cielo,
Solo te prometo la escalera para alcanzarlo.

No pretendo taparte mis defectos,
Lo que más deseo es que los conozcas.

No pretendo acercarte a mí,
Solo deseo no verte a lo lejos.

No pretendo desconocer tus defectos,
Solo te juro que me enamoré de ellos.

No pretendía escribir lo más bello del mundo,
Solo deseaba demostrarte que eres valiosa.

No pretendo decirte que eres perfecta,
Solo deseo contarte que eres la más bella.

No pretendo contarte sueños para dormir,
Solo deseo hacerte vivir un sueño.

No pretendo vivir en tus sueños,
Solo deseo fabricarlos.

No pretendo ahuyentar tus miedos,
Solo deseo enseñarte a luchar contra ellos.

No pretendo que me cuentes tus ilusiones,
Solo deseo descubrirlas por mi cuenta.

No pretendía que leyeras esto,
Solo quería que recordaras el detalle.

No pretendo hacerte el poema más hermoso,
Solo busco aquel que te robe un suspiro.