jueves, 26 de enero de 2012

Nunca partí.


Y quizás podrías verme,
Entrando en tu habitación,
Mirándote mientras me extrañas,
Añorando en muerte tocarte en vida,
Quizás podrás verme,
Si al llorar sobre tu cama vacía,
Te das cuenta que nunca me marche,
La eternidad parecía ínfima sin ti,
Y el edén jardín de niños sin tu olor.

Ahora, cuando no estoy,
Para que beses mis labios,
Beso los tuyos, y sientes cosquillas,
Culpas al viento, que te rosa y da frio,
Ahora, lloran las rosas del jardín,
Pues lamentan mi ausencia,
Más date cuenta que sigue floreciendo,
En complicidad conmigo,
Para llegar a ti como regalo divino.

No llores,
Tus lágrimas son sagradas,
Los ángeles están consagrados a ti,
Los santos sufren con tus heridas.

Aquí estoy,
Cuando pienses en mí,
Te beso, con el roce del viento,
Acaricio con la paciencia del tiempo,
Añoro con la pasión del océano,
Recuerda, del mar soy imitador,
A ti volveré siempre,
Aunque parezca que me alejo,
Sin importar que la muerte nos separe,
A ti volveré siempre,
No llores más,
Aquí estoy contigo.


  

jueves, 19 de enero de 2012

Caminante de pasos marchitos.


Dijeron las voces del tiempo:
Un hombre ha cogido su saco,
Bajo el brazo llevaba recuerdos,
En sus bolcillos un par de besos,
En el alma… la imagen de un desnudo.

Callaron los vientos de primavera,
Haciendo un minuto de silencio,
Por los pasos, que nunca volverán;
Callaron, sorprendidos por lo incierto,
De aquel caminante, de pasos marchitos.

Era un hombre memorable y amante,
De bellezas inocentes, de almas inflamables,
Era un caminante, un soñador empedernido,
Cubierto de misterios, imposibles de prever.

Llevaba… dice el tiempo,
En sus bolsillos un par de besos,
Y bajo el brazo recuerdos, quizás inolvidables;
Caminaba y hacia callar los vientos de primavera,
Su saco era de paño negro, igual que sus ojos,
Testigos de un desnudo,
Que ahora llevaba en el alma.
Frente al destino era un hombre incierto,
Memorable, frente a tu puerta.

Comenta el viento al tiempo:
-Dicen que era un hombre amante-
Y el viento, entonces, desolado:
Hizo un minuto de silencio;
Aquel caminante dejaría marchitar,
Esos pasos una vez amados por la primavera.

Aquel caminante levanta la mirada,
Admira las estrellas, brillan sus ojos,
Y aun con un paso atrás, el estupor lo inunda,
Su pecho se calienta, son los bolsillos de su saco,
Son los besos que una vez guardo en ellos,
La memoria de un desnudo que ahora lo éxita,
Y la ansiedad de estar frente a tu puerta.

Y pregunta el caminante:
-¿Abrirás la puerta?-
-He acecinado mis pasos-
-Y los he enterrado en tumbas en el cielo-
-Los levante sobre los vientos de primavera-

Ahora el caminante memorable,
Busca ser recordado por tu memoria,
Los besos guardados revivir quieren,
Y el desnudo protegido, quiere retornar.

Ahora el caminante,
Soñador empedernido,
Sueña con hacer parte de tus sueños,
Y cuentes esta historia a tus hijos,
De cuando su padre se puso frente a tu puerta,
Ahora el caminante, sueña unirse,
Con esa persona que lo enseño a caminar.

Porque igual que el hombre es polvo,
Y vuelve a la tierra,
El caminante es vida, y vuelve a ti.

sábado, 14 de enero de 2012

Una vez quizás soñé…

Te miro, detallo, y vuelvo a ver…
Me miro en ti, en tu tus ojos,
Comprendo entonces que soy parte de ti,
Y trato de asimilar que eres parte de mí,

Te hablo y escucho, redundas mi voz,
Al hablar, eres eco de mi pensamiento,
Ese que se fundamenta en tus sueños,
Esos que nunca me has contado,
Aquellos que formaste con mi compañía,
Esa que fue inspirada por reconocerte en mí.
Entonces comprendo,
Que nos desconocemos a nosotros mismos,
Pero conocemos al otro al vernos en sus ojos.

Caminas desnuda alejándote de mí,
En dirección hacia mi memoria,
Vestida con mi excitación,
Cubriéndome por tu atrevimiento,
Me veo en tus ojos, reflejando mis sueños,
Acercas tus labios a los míos,
Los acaricio con los míos y despierto,
Entonces descubro que solo estaba dormido.

Se humedecen mis ojos
Y las lágrimas acarician mis mejillas,
Solo puedo volverme a ver en tus ojos,
Buscándote en mi memoria.

jueves, 12 de enero de 2012

Pasa y pasará.

Y no estás… no te veré tampoco,

Despertar desnuda sobre mi cuerpo,
Caminar, mientras dices que me amas,
Verme con esos grandes ojos al desayunar.

No te veré, no besaré,
Tus labios gruesos antes de dormir,
Tus labios gruesos al bañarnos juntos,
Tus pecas castañas al despertar.

Y no estarás allí cuando me valla,
Despidiéndome con un beso,
Con una mirada enamorada de la mía,
Con un abraso rogándome que no parta,
Con la puerta de tu casa despidiendo mi olor;
Y no estaré allí cuando despiertes,
Cuando tengas pesadillas para abrasarte,
Al tocar el cielo para bajarme una estrella.

No estaremos allí,
Cuando el uno cocine para el otro,
Esperando con ansia la aprobación del otro;
No estaremos, no nos veremos,
Para decirle al otro con una caricia
En el rostro, acompasada por la noche,
Que nos amamos, nos deseamos, admiramos;
Y no estaremos, para callar los temores del otro,
Ya nada será, nada será contado.

Pero, antes de cegarme y callar el corazón,
Primero me refugiaré en mi memoria,
Para que todo vuelva a ser,
Para volver a besar tus labios al despertar,
Para poderte ver despidiéndome,
Seré en los sueños,
Otra vez despedido,
Con la esperanza de volver;
Besado con amor al bañarme;
Tocado al despertar, por tus pecas hermosas;
Otra vez admirador de tu cuerpo desnudo;
Amante de tus labios antes de dormir.

Antes de callar el corazón para siempre,
Seré en ti una vez más,
Por lo menos, a través de mis recuerdos,
Aunque tu quizás,
Ya tengas esos recuerdos guardados…
En un cajón sin cerrojo,
Olvidado en algún rincón de tu vida.

miércoles, 11 de enero de 2012

Luego de tu partida, y la mía…



Tener que suponer qué haces,
Pensar en lo que puedes estar sintiendo,
Sucumbir ante el desespero venidero de la incertidumbre,
Darme cuenta que no estás,
Perderme en la desventura de caminar sin ti,
Despertar sin saber que soñaste,
Acostarme sin saber de ti en el día,
Y sucumbir ante la nostalgia de extrañarte.

La lágrima sucumbe ante el corazón,
La añoranza de algo que no será, cae ante el presente,
Sigo vivo, pues eso se dice por allí y allá,
Sigo sonriendo, pero las alegrías están atrás,
Caí, por la pendiente de mis lamentos,
Esos que destrozan los escalones del presente,
Caí, luego de tu partida, y la mía,
Caí, junto con mis lágrimas,
De rodillas ante las tuyas,
De rodillas ante tu recuerdo,
Y el mío junto a ti.

Me pierdo hoy, extrañado de mi mismo,
Me olvido hoy, de metas que soñé,
Camino, usando como bastón sonrisas mendigadas;
Imploro, a la lastimera mañana sin ti,
Que por lo menos el atardecer,
Me arrebate memorias,
Exorcice temores a la oscuridad… antes Amanda,
Violente, angustias del presente,
Cierre, mis ojos llorosos para siempre,
Abrigue, mi cuerpo por las noches…
Cuerpo ahora despojado de vida,
Y finalmente arranque de mí,
Aquello que de hecho ya no tengo:
Corazón.

No pretendo, solo...



No pretendo decirte que te amo.
Solo deseo que te des cuenta de ello.

No pretendo ser el motivo de tu felicidad,
Solo deseo hacerte la mujer más feliz del mundo.

No pretendo robarte el corazón, - No soy un ratero-.
Solo deseo demostrarte que estará bien cuidado conmigo.

No pretendo ser tu guarda espaldas,
Solo deseo ser tu espada y escudo.

No pretendo enamorarte,
Solo deseo cautivarte.

No pretendo perderme en tus ojos,
Solo deseo deslumbrarme con su brillo.

No pretendo Conquistarte,
Solo deseo tener una embajada en tu vida.

No pretendo prometerte el cielo,
Solo te prometo la escalera para alcanzarlo.

No pretendo taparte mis defectos,
Lo que más deseo es que los conozcas.

No pretendo acercarte a mí,
Solo deseo no verte a lo lejos.

No pretendo desconocer tus defectos,
Solo te juro que me enamoré de ellos.

No pretendía escribir lo más bello del mundo,
Solo deseaba demostrarte que eres valiosa.

No pretendo decirte que eres perfecta,
Solo deseo contarte que eres la más bella.

No pretendo contarte sueños para dormir,
Solo deseo hacerte vivir un sueño.

No pretendo vivir en tus sueños,
Solo deseo fabricarlos.

No pretendo ahuyentar tus miedos,
Solo deseo enseñarte a luchar contra ellos.

No pretendo que me cuentes tus ilusiones,
Solo deseo descubrirlas por mi cuenta.

No pretendía que leyeras esto,
Solo quería que recordaras el detalle.

No pretendo hacerte el poema más hermoso,
Solo busco aquel que te robe un suspiro.