Y al dormir es probable que sueñe siempre;
Para amarla tal vez la vida no me alcance,
Y para tocarla mi piel no será suficiente,
Mi calor acariciará sus labios y vientre,
La voz de mi piel rozándola, será incesante,
Entonces, la oscuridad usaré para alumbrarme,
Y sabré que tal vez no podré amar otra vez,
Entonces orgulloso estaré, de verle durmiente,
Allí, al lado mío y saber sin temor a equivocarme,
Que fue a ella a quien ame, y a sus ojos grandes.
Acaricio su piel con mis besos, y despierto,
Domino su cuerpo entre mis brazos, y me entrego;
Rosas envidian la suavidad con que la trato,
Imagino a diario el soñar con sus labios sonriendo,
A veces son las rosas las que le elevan un canto,
No hay forma de arrepentirme por haberla amado,
Adriana es su nombre y amaré el amarla a diario.
Una mujer de barros, a ella le escribo mis versos,
Soy un soneto cantado entre sus labios al besarnos,
Ella, jinete de mi alegría, amiga de nuestros cuerpos,
Desnudos y necesarios el uno para el otro,
Orgullo es una simple palabra, ella es el orgullo,
Por encima de la palabra, exaltada sobre mis hombros.
Por ella soy poeta, en ella soy humano, y un verso.
Acaricias Dominas las Rosas que imaginas sin negar la forma en que nos Amamos
ResponderEliminarAdri
¿como negar que mis parpados cubren mis ojos al dormir? ¿como negar la forma en que nos amamos? seria más fácil contener el mar en una botella...
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