sábado, 14 de mayo de 2011

Oración

Segadme la vida y seca mi boca,
Más no permitas que no la vea,
Déjame besarla una noche más,
Permíteme tocar su existencia,
Señor solo eso te pido de rodillas.

Arranco mis ojos con furia señor,
Si has de decirme que no son de ella,
Si no nacieron para contemplarla;
Mi vida es ritual para su alegría,
Perla blanca que adorna su sonrisa.

Doy gracias señor por su esplendor,
Te entrego mi cuerpo recogido de su regazo,
Pues mi alma es esclava de sus palabras,
Es necia y forma la rosa de su dulzura,
Mientras con el olor de sus pétalos,
Perfumo mi cuerpo y la enamoro,
De noche y al atardecer sin perder el amanecer,
Para hacer de su alma vida de mis días,
Y al final de nuestra vidas ofrenda mutua.

Son mis palabras las de ella,
Y las de ella mi musa eterna,
Y el sentido de las mismas mi ofrenda;
Labra, la voluntad con humildad,
Su compás al bailar mientras es mía,
Y se entrega a mí mirar sin prisa;
Mi ofrenda es la alegría de ser de ella,
Pues mi muerte pido ante ti si la pierdo.

Señor grandioso, entrego mi aliento,
El primero que me has otorgado,
Y el último que ella me ha inspirado,
Si es mi destino no ser su suspiro,
Pido señor maravilloso, su bello velo,
Su único encanto y fino brillo,
Eterno, sin ser posesión…

Muchas cosas más el corazón grita,
Y la voz las explora, pero ya las conoces,
Por esta noche solo entono unas pocas.

Gracias señor muchas gracias señor,
Amén. 

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