Se mezclan con el somnoliento caminar a diario,
Sin saber que aún están en un sueño,
Son de cristal ante el mundo
Que los hace andar obedeciendo,
La inercia del universo circundante.
Camina la gente, y parecen inconscientes,
No han despertado y pisan el planeta,
No saben por dónde andan, solo van y vienen,
Con los ojos cerrados no ven el cielo,
Mucho menos sus vidas,
No reconocen sus pies de los ajenos,
Y como virus se esparcen en el planeta,
Sin saber que aún están en un sueño.
Con la idea de ser omnipotentes destruyen y…
Con el egocentrismo necio que otorga el sueño,
Se hacen esclavos de los impulsos,
Están en un sueño profundo,
Creen que están despiertos,
Pero caminan bajo la voluntad de la fantasía,
Son discípulos de la inconsciencia, reos del poder.
A veces, solo a veces hacen intentos por despertar,
Por abrir los parpados, y ver el cielo ante sus vidas;
En ocasiones despiertan, y entonces, solo entonces,
Podemos decir que el hombre empieza a vivir,
Entonces el hombre se ha enamorado,
Y está dispuesto a entregar el brillo de sus ojos recién conocido,
A otra persona quizás aún no despierta,
Quizás aún sonámbula, pero quizás también,
Haciendo intentos por abrir los parpados y despertar.
No perdamos la fuerza del amor,
Que nos endulza el pensamiento,
Para abrir los ojos y observarnos,
E intentar abrir los ojos de otros,
Que quizás aún no han despertado,
Pero está luchando por lograrlo.
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