jueves, 12 de mayo de 2011

Perdón.

Debo decir que te amo,
Me obliga la vida que deseo,
Debo callar las noches a solas,
Me lo pide el frio de la soledad,
Debo entregarte mi vida,
Me lo exige el amor que extraño.

Frente a tus ojos, con los míos llorosos…
Arrodillado en busca de perdón,
Añorando una palabra de tus labios,
Enfrentando y lamentando decisiones,
Grita el cuerpo un mudo desespero,
Confesando un amor desvestido de voz.

Pasan los minutos cuan horas despreciables,
Marcadas por lágrimas que pulen el presente,
Tiñendo de muerte el pasado y buscándote…
Pasan las horas cuan días vivientes e insolentes,
Marcando con el filo de palabras de ayer,
Necesidades del corazón de un futuro esperado.

El sonido de las lágrimas cayendo sobre el viento,
Es tajante y ensordecedor mientras nos perdemos,
Construyendo con el dolor mapas inexactos del amor,
Y la expectativa de escucharte se convierte en mi voz;
Situado en el borde de tus labios rosados y húmedos,
Te pido perdón humedeciendo mis labios con versos.
Y secando el cielo con lagrimas de parpados aun cerrados.    



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